¿Qué es el trauma y por qué algunas personas necesitan más ayuda para gestionarlo?

Todos podemos sufrir un trauma en algún momento de nuestra vida. Pero no a todos nos afecta igual, ni todos necesitamos la misma ayuda para superarlo. En este artículo te explico qué es realmente el trauma, por qué algunas personas necesitan más apoyo que otras y qué factores influyen en nuestra capacidad para recuperarnos.

¿Qué es realmente el trauma?

El trauma no es simplemente un mal momento o una experiencia difícil. Desde el punto de vista psicológico, el trauma es una respuesta emocional y física a una situación perturbadora que nos supera. Es algo que desborda la capacidad para hacerle frente y que altera la sensación de seguridad y bienestar.

Lo que hace diferente al trauma de otras experiencias estresantes es que produce una gran perturbación. Puede tener efectos muy grandes e incluso crear patrones que siguen ahí mucho después de que el peligro haya pasado.

Tipos de trauma

El trauma puede aparecer de diferentes formas:

  • Trauma agudo: Viene de un solo incidente como un accidente, una agresión o un desastre natural.
  • Trauma crónico: Surge por estar expuesto durante mucho tiempo a situaciones muy estresantes, como el abuso infantil, la violencia doméstica o vivir en una zona de guerra.
  • Trauma complejo: Cuando ocurren varios eventos traumáticos.
  • Trauma vicario: Se desarrolla al estar expuesto a las historias traumáticas de otros, común en profesionales que ayudan a los demás.

¿Por qué algunas personas necesitan más ayuda con su trauma?

Es normal preguntarse por qué, ante situaciones parecidas, algunas personas se recuperan más fácilmente mientras otras desarrollan problemas que necesitan ayuda profesional. Varios factores explican estas diferencias, pero es importante recordar que todas las respuestas al trauma son válidas, cada uno hace lo que puede con lo que tiene.

¿Por qué algunas personas necesitan más ayuda con su trauma?

Es normal preguntarse por qué, ante situaciones parecidas, algunas personas se recuperan más fácilmente mientras otras desarrollan problemas que necesitan ayuda profesional. Varios factores explican estas diferencias, pero es importante recordar que todas las respuestas al trauma son válidas: cada uno hace lo que puede con lo que tiene.

Factores biológicos

Nuestro cuerpo y cerebro responden al trauma de manera única. Algunas personas tienen una mayor sensibilidad del sistema nervioso, lo que puede hacer que experimenten las emociones de forma más intensa. La genética también juega un papel: ciertos genes pueden influir en cómo procesamos el estrés y nos recuperamos de experiencias difíciles.

Las hormonas como el cortisol y la adrenalina, que se liberan durante situaciones traumáticas, pueden afectar de manera diferente a cada persona. Algunas personas tienen más facilidad para regular estas respuestas, mientras que otros pueden necesitar más tiempo y apoyo para encontrar el equilibrio.

Factores psicológicos y de personalidad

La forma en que entendemos y damos sentido a lo que nos pasa varía enormemente entre personas. Algunos tienen una mayor capacidad natural de resiliencia, desarrollada a través de experiencias previas o características de personalidad como el optimismo o la flexibilidad mental.

Los mecanismos de afrontamiento que cada persona ha aprendido a lo largo de su vida también marcan la diferencia. Quienes han desarrollado estrategias saludables para manejar el estrés pueden adaptarse mejor, mientras que otros pueden recurrir a patrones que, aunque comprensibles, no les ayudan a largo plazo.

Historia personal y experiencias previas

Las experiencias de la infancia tienen un impacto profundo en cómo enfrentamos los desafíos posteriores. Una infancia con vínculos seguros y estables proporciona una base sólida para la recuperación, mientras que experiencias tempranas difíciles pueden hacer que el sistema nervioso esté más alerta ante las amenazas.

Los traumas acumulados también influyen. Una persona que ha vivido múltiples experiencias difíciles puede tener menos recursos emocionales disponibles para procesar un nuevo trauma, como una batería que necesita tiempo para recargarse.

Apoyo social y entorno

El contexto en el que ocurre el trauma y la recuperación es fundamental. Tener una red de apoyo sólida, personas que escuchen sin juzgar y que ofrezcan cuidado práctico y emocional, puede marcar una diferencia enorme en el proceso de sanación.

Por el contrario, el aislamiento, la falta de comprensión del entorno o vivir en situaciones de estrés continuo pueden complicar la recuperación. A veces, las mismas personas que deberían ofrecer apoyo pueden, incluso sin darse cuenta, invalidar o minimizar lo que la persona está viviendo.

Recursos disponibles

No todas las personas tienen el mismo acceso a ayuda profesional, tiempo para procesar lo ocurrido, o estabilidad económica que permita enfocarse en la recuperación. Estos factores externos, aunque no determinan completamente el resultado, sí pueden influir significativamente en el proceso.

Una reflexión importante

Es crucial entender que necesitar más ayuda no es una debilidad ni una falla personal. Así como algunas personas necesitan gafas para ver mejor o medicación para condiciones médicas, algunas personas necesitan apoyo profesional para procesar experiencias traumáticas. Es una diferencia normal y comprensible en la experiencia humana.

Aunque estos factores influyan y puedan proteger o ayudar en la recuperación, hay que tener en cuenta que el evento traumático puede ser extremadamente perturbador para cualquier persona, independientemente de sus recursos o fortalezas previas. Incluso quienes tienen una red de apoyo sólida, herramientas de afrontamiento saludables y una historia personal favorable pueden verse abrumados por la intensidad de ciertas experiencias. El trauma tiene la capacidad de sobrepasar nuestros sistemas naturales de procesamiento, sin importar cuán resilientes seamos habitualmente.

Esto significa que la necesidad de ayuda profesional no refleja una carencia personal, sino la naturaleza misma del trauma: su capacidad para desestabilizar incluso a las personas más preparadas. Es como si fuera una tormenta tan intensa que incluso las casas mejor construidas necesitan reparaciones después de pasarla.

La recuperación del trauma no es una carrera ni tiene un cronograma fijo. Cada persona merece el tiempo, la comprensión y los recursos que necesite para sanar a su propio ritmo.

Caminos hacia la recuperación: diferentes necesidades, diferentes soluciones

Entender estas diferencias nos ayuda a comprender por qué los caminos hacia la recuperación también son únicos:

Señales de que necesitas más apoyo

Algunas señales de que alguien podría beneficiarse especialmente de ayuda profesional son:

  • Síntomas que persisten e interfieren con tu vida diaria
  • Problemas importantes en tus relaciones con los demás
  • Formas de afrontar el trauma que te hacen daño (como abusar del alcohol o drogas)
  • Pensamientos sobre el trauma que vuelven una y otra vez
  • Evitar a toda costa situaciones, lugares o personas relacionadas con el trauma
  • Cambios notables en tu estado de ánimo o personalidad después de la experiencia traumática

Terapias que funcionan

Terapias que funcionan

La buena noticia es que existen varios tipos de terapia que han demostrado ser efectivos para tratar el trauma. Estas terapias han sido respaldadas por investigación científica y han ayudado a miles de personas a recuperarse de experiencias traumáticas.

Terapia Cognitivo-Conductual Centrada en el Trauma (TF-CBT)

Se enfoca en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que mantienen el malestar después del trauma.

EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares)

Utiliza movimientos oculares bilaterales para ayudar al cerebro a procesar y reducir la intensidad emocional de los recuerdos traumáticos.

Terapia de Exposición Prolongada (PE)

Ayuda a enfrentar gradualmente los recuerdos y situaciones relacionadas con el trauma que se han estado evitando.

Terapia de Procesamiento Cognitivo (CPT)

Se centra en examinar y cambiar las creencias negativas sobre uno mismo y el mundo que surgieron después del trauma.

Terapias Somáticas y Basadas en el Cuerpo

Trabajan con las sensaciones físicas y la conexión cuerpo-mente para procesar el trauma almacenado en el cuerpo.

Terapias Grupales

Ofrecen apoyo mutuo y conexión con otras personas que han vivido experiencias similares.

Enfoques Integradores

Combinan elementos de diferentes terapias según las necesidades específicas de cada persona.

Encontrar la terapia adecuada

La relación terapéutica es fundamental para el éxito del tratamiento. Es importante encontrar un terapeuta con quien te sientas cómodo, que tenga experiencia específica en trauma, y que respete tu ritmo y necesidades.

No todas las terapias funcionan igual para todas las personas, y está bien probar diferentes enfoques hasta encontrar el que mejor se adapte a ti. La recuperación es un proceso personal y único para cada individuo.

Es importante entender que recuperarse del trauma no significa «olvidar» o «superarlo» como si nada. Se trata de integrar la experiencia para que no siga dominando tu vida.

Este proceso incluye:

  1. Sentirte seguro: Establecer primero un sentido de seguridad física y emocional
  2. Procesar el trauma: Abordar los recuerdos y emociones dolorosas
  3. Integrar la experiencia: Incorporar lo ocurrido a tu historia de vida de una manera que te permita crecer

Conclusión: Respetando las diferencias de cada persona

Entender por qué algunas personas necesitan más apoyo que otras para procesar el trauma nos ayuda a ser más comprensivos y a dejar de lado juicios como «ya deberías haberlo superado» o «no es para tanto».

El trauma no es una competición ni mide tu fortaleza personal. Las diferentes respuestas reflejan una mezcla compleja de factores biológicos, psicológicos, sociales y personales únicos para cada uno.

Si estás lidiando con experiencias traumáticas, recuerda que buscar ayuda no es ser débil, sino valiente y cuidarte a ti mismo. Y si estás acompañando a alguien en su proceso de recuperación, la paciencia, la comprensión y el respeto por su ritmo personal serán tus mejores aliados.

El trauma puede ser parte de nuestra historia, pero con el apoyo adecuado, no tiene por qué definir nuestro futuro.


¿Estás procesando experiencias difíciles? En mi consulta ofrezco un espacio seguro para trabajar el trauma adaptándome a lo que tú necesitas. Contacta conmigo para saber cómo puedo acompañarte en este camino.


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